¡Nuevo comienzo!… una vez más
¡Otra vez por aquí! ?? vaya locura de 2020… y de 2021, personalmente 2021 me ha puesto completamente a prueba. Estamos en octubre y apenas me doy cuenta de todo el tiempo que ha pasado. Para los que no conocéis mi nombre es Natalia y hace 4 años y medio decidí independizarme laboralmente y comenzar una aventura como empresaria, pero si estáis leyendo estas entradas es probable que ya me conozcáis ?
No sé bien por dónde empezar, pero lo que sí sé es que este tiempo de caos y desconcierto ha dado paso a esperanza y bienestar personal, aunque suene un poco cursi o ñoño. Viendo mi última entrada (hace más de un año… no tengo excusa) en resumen diré que mi mente no me ha permitido dedicarme casi tiempo a mí misma y eso ha hecho que se tambaleasen varios pilares de mi proyecto profesional pero sobre todo, que me tambaleara yo. ¿Por qué digo esto? Porque sigo aquí, Komorebi sigue aquí y como no estoy sola, seguiremos aquí. Eso me lleva al bienestar que os comentaba antes y es que… ¡qué cierto es! cuando te quieres y cuidas va todo muchísimo mejor. ¡Vaya tostón os estoy dando! ? a ver cómo puedo expresar el lío mental que llevo dentro:
Lo peor de este tiempo creo que ha sido eso, la incertidumbre. Afortunadamente, por cada momento de caos surgía una nueva inquietud y poco a poco, he conseguido volver a organizar la tienda y marcar nuevas metas. Vosotros diréis «pero si eso ya lo dijiste en el blog pasado» y cierto es, pero cuando entramos en pandemia fue como un revés que hizo que todo saltase en muchos pedazos. ?? Todos los planes, metas, objetivos… tuvieron que ser reemplazados por otra cosa:
Y es que como autónoma cerrar no es una opción. Bien sabéis que me cuesta incluso cogerme algún día de descanso y mucho más unos días de vacaciones, ¿cómo iba a mantener la tienda desde casa o mantener los gastos sin apenas clientes? había que buscar una solución y precisamente lo del descanso, es otra cosa que he aprendido mientras pensaba en cuánto tiempo más podría mantener la tienda abierta sin ningún ingreso. ¿Aguantaré un mes, quizá dos? centrarme en cosas más personales me hizo ver que si yo me encontraba bien, podía volver a conseguirlo. Mi propia supervivencia mental era esencial, perderme en caos no era una opción y, sin darme cuenta comencé a notar las consecuencias de la ansiedad en mi cuerpo y eso significaba perder la batalla.
Tanto física como mentalmente. Tengo que continuar, generar trabajo, buscar alternativas y… no podía sola, me faltaba una mano que me ayudara a volver a levantar el proyecto. Ahí me di cuenta que tenía que dar un gran paso que todavía no me había atrevido a dar, ¡ahora o nunca! ? y es que contratar a una persona me daba (me sigue dando ?) miedo, inseguridad ¿y si no la puedo mantener? ¿y si sale todo mal? ¿y si confía en mí y no lo consigo?. Pero era esencial, tenía que dejar de lado las dudas y avanzar. Alguien de confianza que me pueda apoyar en mis momentos de incertidumbre y con la que pueda contar para desarrollar nuevas ideas. ¿Podré? ¡Qué nervios! menos mal que tuve la increíble suerte de contar con una gran profesional en prácticas y finalmente se unió al proyecto. Estoy muy contenta en muchos aspectos ?⭐? no sé si algún día podría expresarlo con palabras. Gracias Itzíar por confiar en mí.
Mi madre siempre ha sido un referente para mí, una gran referencia de fuerza y locura ?? y he aprendido que quien no arriesga no gana, que hay que ir a por todas y que si dejas pasar un tren, quizá nunca vuelva. Todo ello me ha llevado a lanzarme a nuevas ideas que han dado paso a nuevas amistades, colaboraciones, opiniones, reconocimiento, alegría, ilusión… y sobre todo:
Amigos, profesionales, clientes, gente del día a día que no saben que te alegran el día sólo con su sonrisa, al darte los buenos días o felicitarte por la ayuda al elegir un regalo para un ser querido. Es el día a día lo que hace que todo sea tan especial. No sé cómo expresar cuánto bien nos hacéis al confiar en nosotras para dar forma a vuestras ideas, personales, creativas y de mil formas. ??
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